El trillador de Casasbuenas

“Estás como el trillador de Casasbuenas, deseando que caiga la paja en el gazpacho para decir no quiero más”.

Este dicho no es tan absurdo como parece. Viene a significar estar hasta las narices, hartito de que te toreen o te traten mal (deseando que caiga la paja) y buscando cualquier excusa para mandar lo que sea a la mierda (para decir no quiero más). Estar esperando la gota que colme el vaso. También se le puede decir a alguien cuando está intratable:

– ¿Qué te pasa? Estás como el trillaor de Casasbuenas…

Cisco

Nada que ver con informática. El cisco del que os hablo no va seguido por “systems”. Cisco es una palabra graciosa que puede significar dos cosas: estar destruido o hecho polvo:

– Me he hecho cisco la rodilla jugando al fútbol. 

Y también velocidad o rapidez:

– Vaya cisco llevas, ¿ande vas?

– ¡Me voy corriendo que pierdo el tren!

O como dijo “la Tía Eulogia”, ya muy viejecita, viendo la tele… había un partido de fútbol y en el descanso pusieron un anuncio de los toros:

– ¡Menudo cisco han cogio los de la pelota en cuanto han venío los toros!

Cataguisaos

Persona atrevida o curiosa, que to lo quiere hacer, o probar, o intentar, que se apunta a un bombardeo y se mete en tos los fregaos. Es ser un poco cachupero, o como dicen algunos, “gazpachero”.

– ¿Qué te ha pasao en la cara?

– Na, que tengo un amigo que sabe hacer piruetas, y le quise imitar…

– Eso te pasa por cataguisaos.

No estar mu católico

Barruntar, encontrarse mal, estar na más que regular… sentirse enfermo o con algún dolor o a punto de ponerse malo.

– ¿Sales esta noche?

– Uh, pos no estoy mu católica.

Cenacho

Esta es de las que tienen dos acepciones. Hace poco tuve noticia de que por la zona de Ciudad Real se decía:

– ¡Eres más tonto que un cenacho!

Si bien yo de toda la vida lo he oído como sinónimo de guarro y desastrado. Cuando te ibas a jugar por ahí y aparecías sucio, cuando estabas comiendo y te tocabas la cara o la ropa con las manos llenas de grasa, si tenías tu cuarto hecho una leonera, si llevabas la ropa llena de lamparones*… te decían cenacho.

El cenacho, en sí, es un objeto real y existente que se muestra en la imagen superior (cortesía de Sara Segovia). Se trata de una espuerta de esparto usada para llevar pequeñas mercancías: verduras, huevos, pan… la compra, vaya. Ahora, qué relación pueda darse entre un cesto y la suciedad o la estulticia, es algo que, nuevamente, se me escapa.

– ¡Ya te has manchao el pijama limpio de colacao, como siempre! ¡Pero qué cenachito estás hecha!

True story.

Condenarse o estar condenao

Enfadarse mucho, estar crispado, cabreado como una mona. Más que enfadarse con alguien, es estar frustrado con una situación, irritado, hasta las narices. Hacerse mala sangre.

Se lo puedes decir tú a alguien:

– Estoy harta de mis compañeros de trabajo, son unos incompetentes y unos memos…

– ¡No te condenes bolo! Tú a lo tuyo.

O bien en primera persona:

– ¿Qué te pasa que resoplas tanto y no paras de andar en círculos?

–  Estoy condenaíto (con… x tema)!!

Correlindes

Aventurero, viajero, trotamundos. Que no para por su casa.

– ¿Otra vez te vas de viaje? Pero qué correlindes.

Como un corderito recental

O sea, bien cocido. Borracho, vamos. He de admitir que conocí esta expresión por alusiones directas, durante unos meses que viví con mi amiga Marta y a veces aparecíamos así por las mañanas.

– Pero ¡cómo no vas a tener resaca, si has llegao como un corderito recental! 

(En la imágen, mi amiga y yo volviendo a casa)

Cachupear

Enredar, revolver, trastear con cacharros. Propio de los niños, que por ejemplo los dejas un rato solos y se ponen a abrirte todos los cajones y a sacar cosas… te lo están cachupeando to. Son unos cachuperos. También significa jugar con la comida:

–Si no te vas a terminar el plato de lentejas, no las cahupees que me las comeré yo.

En ese caso, tiene bastante que ver con ser tiquismiquis y espulgar.

¡Cabalito!

Expresión que indica exactitud, precisión, coincidencia en el espacio y/o tiempo. Puede equivaler a ¡qué casualidad!, o a ¡justo!

– ¿Vas a venir a mi cumple?

– Es que toco en Valencia…

– ¡Cabalito!

Luego está el cabalito pun, del que no soy muy partidaria.